Esta localidad hereda el nombre del artífice del nacimiento de una de las ciudades más importantes de la provincia, el Dr. Alberto Plottier, que en el año 1905 junto a sus hermanos se instaló en el sitio que hoy ocupa esta pujante ciudad.
Caracterizada por un alma de juventud y renovación constante, que recuerda a la estación primaveral, invita a recorrer sus tranquilas veredas mientras relucientes colores estimulan su vista. Las chacras, que conforman su contorno, sólo logran incrementar este espíritu de eterna frescura.
Recostada sobre el transparente Limay, se erige esta perla neuquina que lentamente va marcando el límite del oeste del particular Alto Valle patagónico.
Se puede arribar a esta pintoresca y tranquila ciudad, a través de la Ruta Nacional 22 que al este, sirve de nexo de comunicación con la Capital Provincial, distante a sólo 10 km. En tanto por el oeste, la ruta vincula a Plottier con la localidad de Senillosa que se encuentra alejada unos 30 km.
Privilegiado con un clima templado, con una de las humedades relativas más bajas del país, y con un suelo fecundo como pocos, este rincón de la provincia es un pequeño oasis productivo a los pies de las solitarias bardas.
Un fértil espíritu es legado a una de las poblaciones que mayor crecimiento ha experimentado este último tiempo, y que día a día se convierte en ejemplo de vitalidad.