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Junín de los Andes «
Por qué el Michay tiene flores rojas y amarillas
Del libro Relatos y romanceadas mapuches, compilación e introducción de César Fernández.

El michay antes tenía flores blancas hasta que ocurrió la historia que voy a contar.
Cuando los pieles blancas atravesaron el gran lago, para dominar a los reche, a los verdaderos dueños de la tierra, mandó Füta Chao – el Señor y Rey del Cielo, de la Tierra y de los Hombres – a su hijo muy querido, para vigilar y poner a prueba a los blancos, y también para proteger a los mapuches de la ambición y crueldad de aquéllos.
Cierta vez pasaba por el bosque de collimamüll, que ahora los huincas llaman arrayán, cuando de repente apareció a su lado una víbora caminando. Caminaba parada igual que los hombres, porque su creador –el ceñudo Huecufü- quería que se asemejara a ellos. Como se le apareció de repente, sin ruido, al lado del hijo que el Padre Celestial había mandado, aquél se asustó muchísimo; tanto que enfureció. Tomó una rama de michay que estaba cubierta de flores, pero también de espinas, y le pegó a la víbora diciendo:
-¡ Tomá, tomá más todavía, por asustarme!
Así fue como las flores se tiñeron de rojo con la sangre de la víbora y de amarillo con su veneno, como se las ve hasta el día de hoy. Al mismo tiempo le aplastó la cabeza con su pie cubierto con tsumel, la así llamada bota de potro, hecha con la piel de la pata de este animal. La cabeza quedó achatada, formando un triángulo para siempre.
La víbora odia desde entonces a los caballos y trata de morderlos en los garrones, porque cree que fueron ellos quienes la atacaron. Como al mismo tiempo le quebraron el espinazo, no puede ya caminar parada y tiene que arrastrarse penosamente y porque quiere mostrar su odio por el doloroso castigo, siempre levanta la cabeza triangular, mostrando al morder su lengua partida por el pisotón.
El arbusto michay tiene, así las flores rojo-amarillentas y sus frutillas son oscuras como la sangre cuajada. La filú con agrado se enrosca bajo el michay para sorprender y morder a la gente que busca la fruta. Aún hoy muestra en su piel los rastros de las espinas puntiagudas que la hicieron sangrar. Acaso trata de encontrar los párpados para sus desnudos ojos y por eso su mirada es, para los zapatos causantes de su desdicha.

Reche: Mapuche puro. De re, sin mezcla, puro , y che, persona, gente.
Füta Chao: Una de las denominaciones dadas al Dios mapuche Nguenechén. De futa, grande o viejo, y chao, padre.
Collimamül: Arrayán. Literalmente “palo colorado” (de colli, colorado y mamül, palo)
Huecufü: Diablo. Espíritu maligno.
Tsumel: bota de potro.
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