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Andacollo «
La leyenda del Huingán de la Plaza
En la plaza de Andacollo, existe una planta de huingán antiquísima, que a pesar de todas las remodelaciones que sufrió el predio recreativo, sigue allí firme.
En tiempos antiguos, la plaza era un monte de huinganes, maitenes y piches. Entre aquellas matas, vivía un ignorado pirquinero de los primeros en llegar a la zona quien había construido en el lugar un ranchito de ramas al pie del huingán.
Por entonces, aun no habían llegado los bolicheros a la zona y sólo en Chos Malal podía comerciarse el oro que se extraía.
Un día, mientras cruzaba el río, su caballo perdió pie y el pirquinero fue arrastrado por la corriente, nunca se halló su cuerpo.
Muchos trataron de escarbar debajo del huingán, sabiendo que allí escondía el minero una botella con oro, aunque algunos aseguraban que había más de una. Nunca lograron encontrarla, y nadie supo a ciencia cierta qué sucedió con el oro del pirquinero.
Algunos creen que quien encontró las riquezas, se fue lejos para disfrutar de las mismas. Sin embargo, muchos otros aseguran que el oro sigue allí enterrado y, que en tiempos en que la luz eléctrica en Andacollo sólo persistía hasta las 12 de la noche, vieron resplandores bajo el huingán de la plaza.
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