Nueva York, conocida por su vibrante ciudad y su diversidad cultural, también es un epicentro emergente en la producción de vino. Con aproximadamente 35,000 acres de viñedos, de los cuales 11,000 están dedicados a la uva de vino, el estado se posiciona como el tercer mayor productor de vino en Estados Unidos, solo detrás de California y Washington.
Regiones Vitivinícolas Clave
Lago Erie: Esta región, que abarca una franja de cinco a diez millas desde la costa del lago hasta el escarpe del Lago Erie, es conocida por sus suelos arcillosos profundos y productivos. Aquí se cultivan principalmente variedades nativas como la Concord, que representan más del 80% de la producción de uvas del estado.
Finger Lakes: Con una historia vitivinícola que data de la década de 1860, esta región es famosa por su diversidad de cultivares, incluyendo Labrusca, híbridos y V. vinifera. Los lagos profundos como Seneca y Cayuga proporcionan una moderación climática crucial, extendiendo la temporada de crecimiento y protegiendo las vides de las heladas tempranas.
Long Island: En los últimos 15 años, la producción de uvas en Long Island ha crecido significativamente, concentrándose en el North Fork. Esta área disfruta de un clima marítimo que protege las vides de las heladas primaverales y las bajas temperaturas invernales, favoreciendo el cultivo de V. vinifera.
Innovación y Sostenibilidad
El renacimiento de las variedades híbridas en Nueva York está marcando una nueva era en la viticultura del estado. Productores como Alfie Alcántara y Deanna Urciuoli, fundadores de Dear Native Grapes, están revitalizando variedades históricas que se adaptan mejor a los cambios climáticos actuales. Estas variedades no solo son resistentes al frío y a las enfermedades fúngicas, sino que también brotan tarde, evitando daños por heladas primaverales.
Perspectivas Futuras
Con la próxima encuesta estatal de viñedos respaldada por la Fundación de Vino y Uva de Nueva York, se espera obtener datos actualizados sobre las variedades de uvas cultivadas y el volumen de cosecha. Este esfuerzo promete proporcionar información crucial que impulsará aún más la industria vitivinícola del estado, adaptándose a las demandas del mercado y a los desafíos climáticos.
Nueva York, con su rica historia y su enfoque en la sostenibilidad y la innovación, está posicionada para continuar su ascenso como una de las principales regiones vitivinícolas de Estados Unidos.
