La llegada del Mimosa, desde Liverpool en 1865, al Golfo Nuevo en cercanía de la actual ciudad de Puerto Madryn, sería trascendental para el nacimiento de este pequeño pueblo en un rincón de los andes chubutenses. En este inhóspito viaje, se destacará el John Murray Thomas, hombre que con su tesón y su valor se convertirá de un impulsor del establecimiento de colonias galesas en nuestro país.
En aquellos días, la difícil vida propuesta por las condiciones climáticas del lugar, sólo se hicieron llevaderas para los galeses por el empeño y la buena relación que se estableció con las comunidades tehuelches, a quienes llegaron a denominar “hermanos del desierto”.
Veinte años después del arribo a las costas patagónicas, el Coronel Luis Jorge Fontana, el primer Gobernador del Territorio Nacional del Chubut, conformaría al mítico grupo “los 29 Rifleros”. Esta tropa, constituida en su mayoría por expedicionarios galeses, se adentraría en el agreste territorio en busca de mejores tierras para el cultivo y cría de ganado. La compañía de Fusileros contaba con 260 caballos, 30 fusiles y provisiones para tres meses, elementos de los que tenían que valerse para llevar acabo la ambiciosa travesía.
Luego de remontar el río Chubut, atravesar áridas tierras patagónicas y vivir experiencias propias de una película de aventuras, la expedición llegará al hermoso Valle el 25 de Noviembre de 1885. Sus verdes prados, rodeados de indescriptibles picos nevados de los que descendían cristalinas aguas cautivaron a los expedicionarios, que ante sus ojos tenían bellas tierras que rememoraban a su lejana Gales.
Los exploradores luego de relevar el lugar partieron de regreso hacia Rawson, completando más de 5000 km. en esta espectacular aventura.
En los comienzos de 1888, partirá una segunda expedición en la cual el Gobernador Luis Jorge Fontana le dará el nombre definitivo al Valle, denominándolo “16 de Octubre” en referencia a la fecha de la ley de creación de los Territorios Nacionales.
Ese mismo año, parte la primer caravana para iniciar el poblamiento de las tierras descubiertas en los andes, la expedición llegará el 20 de noviembre de 1888, siendo este el punto de partida de una nuevo período de asentamientos galeses en la sureña provincia del Chubut.
En 1891, Rhys Thomas instalará el primer molino harinero de la zona al que rápidamente se le sumaran otros, quienes le darán a la región renombre en la industria triguera, que llegará a ganar premios internacionales por su calidad.
Ya entrado el siglo XIX, comenzaron tiempos de tensión con respecto a la temática limítrofe con el vecino país chileno. Es en este período de la historia, que las familias que habitaban en el hermoso valle cordillerano, a través de un plebiscito debieron elegir nada más y nada menos que su nacionalidad. La elección no fue bajo la forma de los actuales plebiscitos, si no que se acerco una comisión arbitral de límites de origen británico, quienes decidirían sobre la soberanía de la tierra a través de reuniones con los vecinos y la observación de otros vínculos institucionales. Esta trascendental elección es hoy recordada por los descendientes de los colonos, quienes año a año, el 30 de abril, evocan esta significativa fecha con varios días de fiesta.
En 1916 se instalaría en la región la red telefónica, cuestión que implicó una mayor comunicación con el resto del país. Además se crea una sociedad triguera que instalará un molino de mayor capacidad, el cual dará mayor protagonismo a la actividad cerealera de la zona. Los encargados de este consorcio, estaría también a cargo de la gestación y promoción de la primera sociedad de fomento, la cual será la base sobre la que se erigió el actual pueblo de Trevelin.
En los años sucesivos, la población fue creciendo de forma paulatina, y junto a ellos la instalación de casas y comercios que en su mayoría se concentraban en cercanías al Molino, quien concentraba la molienda de la región.
En que momento se empezó a nombrar a esta pequeña localidad con su actual nombre, no esta muy claro, pero muchos historiadores concuerdan en asociarla a la inscripción de la marca estampada “Molino los Andes – Trevelin” que se encontraba en las bolsas de harina de la Compañía del Molino Andes. Posteriormente la denominación se haría mas frecuente para denominar a esta floreciente población, quedando en un segundo plano la denominación de Colonia 16 de Octubre.
En 1949, un decreto de la presidencia nacional, en ese momento a cargo de Juan D. Perón, declaró a la zona como no triguera, lo que generaría una merma en la actividad triguera y un vuelco hacia la producción ganadera y turística.
Aun hoy, ese mismo espíritu aventurero que impulsara a los pioneros a estas lejanas tierras, se palpa el aire de esta pintoresca colonia, que cada vez atrae a mayor cantidad de visitantes, quienes buscan vivir la experiencia única de encontrar un rincón Gales en el sur argentino.